IoT. Un acrónimo prácticamente desconocido hace unos años que se encuentra ahora en el núcleo estratégico de algunas de las empresas de tecnología más grandes del mundo, como Cisco. Este es uno de los principales retos de los inversores de hoy. El ritmo increíblemente rápido de innovación y con ello la creación (y destrucción) de riqueza.
En el pasado, las grandes empresas tardaban décadas en subir o bajar de la palestra. Hoy en día, una corporación puede ser la más grande del mundo en un minuto y solo unos años más tarde apenas ser visible en el radar de los inversores.
Una empresa que ilustra este rápido ascenso y caída es Cisco Systems. Hace tan solo 15 años era la compañía más valiosa del mundo. Ahora está tratando de encontrar su lugar en un paisaje que cambia rápidamente. En 2013 despidió a 4.000 empleados. En 2014 a otros 6.000 y recientemente ha anunciado una nueva ronda de despidos que afecta a 5.500 personas. ¿Qué está pasando? ¿En buen sitio donde invertir? ¿Qué podemos aprender de la confusión que rodea a esta empresa?
El gigante de las telecomunicaciones fue fundada en 1984 por dos profesionales de la informática de la Universidad de Stanford y la compañía salió a bolsa en 1990 a una capitalización de mercado de alrededor de 225 millones de dólares. Abreviatura de la ciudad de San Francisco, esta compañía básicamente fue la creadora de los dispositivos que permitieron a los ordenadores comunicarse entre ellos a través de ese nuevo fenómeno llamado internet.
En los años 90 principios de los 2000, dominó esta zona de explosión de la tecnología. Para el año 2000, valía más de 500 mil millones. Parecía ser imparable y los analistas creían que dominaría el mundo en las próximas décadas.
Pero luego llegó la caída de las .com. Y las compañías recién formadas como Juniper Networks y algunas más establecidas como Alcatel-Lucent encontraron mejores maneras de transferir datos a través de internet. El valor y las ganancias de Cisco se desplomaron, y como consecuencia el precio de las acciones también cayó casi un 90%. Cisco se vio obligado a reducir su fuerza de trabajo y encontrar una nueva dirección.
Hoy está intentando volver a sus días de gloria al centrar su atención en dos áreas principales.
La primera es el Cloud Computing y el almacenamiento de datos, donde la empresa se enfrenta a una competencia significativa de la talla de Amazon y Microsoft.
Y la segunda es la IoT, que es una buena promesa para Cisco. La IoT representa el Internet de las Cosas, y muchos creen que es el futuro de la tecnología. Hoy en día, internet está dominado por ordenadores, tablets y smartphones. Pero la tendencia nos dice que en pocos años casi todos los nuevos dispositivos electrónicos desde automóviles a electrodomésticos estarán online.
Imagina que la agenda de tu teléfono sabe que tienes una fiesta programada en casa. Podrá hablar con tu nevera para saber si necesitas comprar más cerveza y así pasar de camino a casa por un supermercado. Además podrás pedirlo de camino para tenerlo listo cuando llegues.
Mediante el aprovechamiento de su capacidad de red informática, esta empresa espera dominar este futuro de la IoT. Con este fin, recientemente gastó 1.400 millones para adquirir Jasper, una plataforma de la IoT. Si Cisco tiene éxito en esta hazaña podrá volver a reclamar su lugar como la empresa tecnológica más dominante y más valiosa del mundo. Cisco es definitivamente una empresa para mantener en el radar de los inversores.
Pero el pensamiento va más allá, la historia de la compañía enseña una gran lección. Las suposiciones acerca de la rentabilidad futura deben ser analizadas y constantemente desafiadas. La alta participación de mercado en la actualidad no significa automáticamente una elevada cuota de mercado mañana. Incluso grandes empresas como Apple y Walmart están aprendiendo que deben innovar constantemente para sobrevivir. Los inversores inteligentes tendrán que determinar qué compañías están teniendo éxito en la respuesta a un mercado que cambia rápidamente y cuáles se están aferrando a éxitos del pasado y responder en consecuencia.
