Quién nos iba a decir que el día 21 de septiembre estaríamos celebrando el segundo cumpleaños de Proactiva Open Arms. Quien imaginaría, hace dos años, que iban a salvar 33.000 vidas y tener la oportunidad de dar voz a 33.000 personas que el mundo quería esconder bajo el mar.
Miramos hacia atrás y lo que oímos son sus palabras de agradecimiento, sus risas y las muestras de apoyo de todos aquellos que hemos estado ayudando a cada paso. Sin todos nosotros, este artículo no sería posible. No han sido solo las donaciones, cada comentario en redes, cada muestra de cariño, les ha hecho querer seguir. Por encima de leyes injustas y por encima de todos aquellos que acusaban a la organización Proactiva Open Arms. Porque consideran que vivir dignamente es un crimen. Porque consideran que hay vidas que valen más que otras.
Durante estos dos años la organización Proactiva Open Arms se ha empeñado cada día en desobedecerles. No por el simple hecho de desobedecer, sino porque a veces la justicia no se firma en una mesa, sino en el momento en el que le das la mano a un bebé que acaba de nacer en alta mar.
¿Y qué hemos aprendido? Muchas cosas, demasiadas quizá. Hemos visto lo peor del ser humano, la miseria más brutal. Pero también hemos conocido a más de 220 voluntarios que le han dado valor a la palabra persona. Hemos visto a niños reír por primera vez en meses, a madres llorar de alegría y a recién nacidos que aún no saben que la vida es difícil, pero que a veces, en mitad de lo que parece el final te encuentras con un futuro inesperado.
A todos nosotros, la organización Proactiva Open Arms, ha prometido que nada les parará. Les han disparado, difamado y acusado. Y eso no ha impedido que ellos navegaran ni una milla. Y no lo impedirán. Porque respetar la vida es el valor más simple que ellos quieren inculcar a las generaciones que vengan. Puede que hace dos años, en las costas de Lesbos solo fueran cuatro socorristas capitaneados por Óscar, un luchador implacable, con la idea loca de salvar el mundo. Pero es que ahora ellos tienen a 45.000 donantes como MercadoIT que están tan locos como nosotros. Y eso hace que puedan prometer que, mientras esté en su mano, seguirán intentando cambiarlo.
Gracias a MercadoIT, gracias a todos los que les emocionáis mientras cumplen esa promesa que tantas veces han gritado, gracias a cada voluntario que ha dejado durante semanas su vida para preservar otras. Y gracias al mundo que, aunque muchos se empeñen en ensuciarlo, sigue dándoles motivos para querer luchar por él.
Ayúdanos a seguir haciéndolo, juntos podremos con todo.
